Secretos del Museo Valladolid: La Historia Oculta que Pocos Conocen

¿Te imaginas descubrir más de 3,000 piezas de arte popular mexicano en un solo museo Valladolid? Esta ciudad colonial, escondida en el corazón de la península de Yucatán, guarda tesoros históricos que pocos conocen pero que nosotros estamos dispuestos a revelar.

Valladolid no es solo una joya arquitectónica, sino también un centro cultural con una impresionante oferta museística. Desde el imponente Convento de San Bernardino de Siena, fundado el 23 de mayo de 1543, hasta el fascinante museo prehispánico subterráneo que exhibe objetos recuperados de un cenote ubicado en el mismo terreno. Además, podemos encontrar el Museo de San Roque, instalado en un edificio que inicialmente fue un convento franciscano y posteriormente se transformó en el primer hospital de la ciudad en 1630.

En este recorrido por los secretos del Museo Valladolid, también exploraremos otros tesoros culturales como la Casa de los Venados con su impresionante colección que te dejará boquiabierto, el Museo de Ropa Étnica de México (MUREM) con sus trajes tradicionales de diferentes regiones, y el dulce Museo Choco-Story que nos cuenta la historia del cacao. Sin duda, estos espacios son testigos silenciosos de las transformaciones que ha vivido Valladolid a lo largo de los siglos.

El nacimiento de Valladolid y sus primeros recintos

_{Image Source: Alamy}

La historia de Valladolid comienza el 28 de mayo de 1543, cuando Francisco de Montejo fundó la ciudad como homenaje a la ciudad española del mismo nombre. Inicialmente establecida en el sitio conocido como Chauac-Há, la villa tuvo que ser trasladada el 24 de marzo de 1545 debido a la insalubridad y las enfermedades que afectaban a los pobladores. El nuevo asentamiento se ubicó sobre las ruinas de la antigua ciudad maya de Zací, palabra que significa «gavilán blanco».

Fundación de la ciudad y llegada de los franciscanos

Tras la fundación de Valladolid, los franciscanos llegaron a Yucatán aproximadamente 20 años después de su arribo a la Nueva España. Esta orden religiosa, junto con el clero secular diocesano, fue la única encargada del proceso de evangelización en la península. En 1544 comenzó la fundación de los conventos en la región, marcando el inicio de una presencia importante de frailes en el territorio.

Los franciscanos emprendieron la creación de pueblos —conocidos como reducciones— para congregar a los indígenas que, antes de la Conquista, vivían dispersos cerca de montes y terrenos de milpa. Este proceso consistía en reunir a determinado número de personas en una comunidad, colocando usualmente una iglesia o un convento en el centro.

El convento de San Bernardino como epicentro colonial

En 1553 se fundó el convento de San Bernardino de Siena en Valladolid, aunque otras fuentes señalan que la construcción comenzó en 1552 bajo la dirección del arquitecto franciscano Fray Juan de Mérida y concluyó en 1560. Este dato se confirma con la inscripción «MDLX» (1560) que puede observarse en el pórtico principal.

El convento de San Bernardino se convirtió rápidamente en uno de los centros eclesiásticos más importantes del estado. Con sus paredes que en algunas partes superan los tres metros de espesor y una superficie total de más de 14,000 metros cuadrados, esta imponente estructura representa el segundo convento franciscano más grande de Yucatán, después del de Izamal.

Una característica notable del convento es su ubicación sobre uno de los cenotes más grandes de la región. Para aprovechar este recurso natural, en 1613 se construyó una noria o máquina hidráulica sobre la boca más grande del cenote, permitiendo abastecer de agua tanto al convento como a gran parte de la ciudad.

Conflictos, rebeliones y resistencia indígena

Valladolid no solo fue testigo del proceso de colonización, sino también de intensas luchas y rebeliones que marcaron profundamente su historia. La sangre derramada en estas tierras revela capítulos de resistencia que hoy forman parte del legado cultural preservado en el museo valladolid.

La rebelión de 1546 y la caída de Zací

La noche del 8 de noviembre de 1546, un levantamiento maya sacudió los cimientos de la recién establecida Valladolid. Este acto de resistencia, liderado por los mayas cupules de la antigua Sací, junto con pobladores de las provincias de Sotuta, Ah Kin Chel, Cochuah y Calotmul, fue planeado meticulosamente por el sacerdote Chilam Ansal. La fecha elegida no fue casualidad: en el calendario maya correspondía a los días 5 Cimí (muerte) y 19 Xul (fin), simbolizando el fin del dominio español.

La brutal rebelión dejó un saldo de diecisiete españoles asesinados, incluyendo al alcalde, y aproximadamente 400 indígenas aliados de los conquistadores. El traslado de Valladolid desde Chauac-há hasta la antigua ciudad ceremonial maya de Sací fue la gota que derramó el vaso, pues los nativos lo consideraron una profanación.

La Guerra de Castas y el sitio de Valladolid

Tres siglos después, en 1847, estalló la Guerra de Castas tras la ejecución del cacique maya Manuel Antonio Ay. Lo que comenzó como una protesta contra impuestos abusivos y apropiación de tierras comunales, pronto se convirtió en un conflicto a gran escala.

Durante los primeros dos años, los insurgentes tomaron varias poblaciones, incluida Valladolid. Posteriormente, el 1 de abril de 1858, los mayas orientales comandados por Crescencio Poot y Claudio Novelo atacaron nuevamente la ciudad, llegando hasta el centro sin ser detectados. Solo la artillería del cuartel de la guardia nacional evitó que la ciudad cayera, obligando a los atacantes a retirarse hacia Xocén.

El papel del convento durante los enfrentamientos

El convento de San Bernardino de Siena, con sus imponentes muros de más de tres metros de espesor en algunas secciones, sirvió como refugio y fortaleza durante estos conflictos. Su estructura maciza y estratégica ubicación lo convirtieron en un bastión defensivo durante los ataques.

Este periodo turbulento dejó una huella profunda en Valladolid, cuyos museos hoy preservan artefactos y testimonios de estas luchas. El museo prehispánico subterráneo exhibe vestigios de esta época de resistencia, recordándonos que la historia de Valladolid fue forjada tanto por la colonización como por la tenaz defensa de la identidad maya.

Tesoros ocultos revelados por la arqueología

Bajo los cimientos del convento franciscano de San Bernardino de Siena se esconde un tesoro arqueológico fascinante. El cenote Sis-Há, cuyo nombre maya significa «pozo de agua fría», con aproximadamente 51 metros de diámetro y cuatro bocas de acceso, ha revelado secretos que transforman nuestra comprensión de la historia de Valladolid.

Descubrimientos en la noria del convento

Durante exploraciones subacuáticas realizadas entre 1972 y 2003, arqueólogos del INAH y exploradores locales descubrieron un verdadero arsenal sumergido en la noria del convento. Este ingenioso sistema hidráulico, construido en 1613 sobre la boca más grande del cenote, se convirtió en la segunda estructura de su tipo más grande de Yucatán, permitiendo abastecer de agua tanto al convento como a gran parte de la ciudad.

Fusiles, cañones y cerámica maya

Entre los hallazgos más impresionantes destacan alrededor de 300 fusiles ingleses fabricados por la casa Ketland & Co. de Birmingham, un cañón con su cureña, bayonetas y diversas piezas de armamento. Además, se recuperaron huesos fósiles de animales del pleistoceno con antigüedad de hasta 11,000 años y cerámica e incensarios mayas del periodo postclásico (900-1521 d.C.).

El museo subterráneo y su valor histórico

Actualmente, el museo del convento exhibe parte de estos tesoros arqueológicos, mientras que Valladolid prepara un proyecto sin precedentes: Muúk Karant, el primer museo prehispánico del mundo dentro de un cenote, que albergará más de 250 piezas arqueológicas, incluyendo cavillas de madera rituales, cuchillos ceremoniales e instrumentos musicales prehispánicos, con apertura prevista para finales de 2026.

Museos actuales que conservan la memoria

_{Image Source: Choco-Story Mexico – Choco-Story México}

Valladolid resguarda su memoria histórica a través de diversos museos que ofrecen experiencias culturales únicas para visitantes locales y extranjeros.

Museo San Roque: historia viva de la ciudad

Situado en un edificio histórico del siglo XVI, el Museo San Roque funcionó inicialmente como claustro y capilla, para luego convertirse en el primer hospital de Valladolid hacia 1630. Abrió sus puertas como museo el 4 de junio de 1985. Su acervo incluye piezas arqueológicas, documentos históricos y fotografías que narran la vida prehispánica, la fundación de la ciudad y eventos como la Guerra de Castas.

Casa de los Venados: arte popular mexicano

Esta casona colonial de más de 400 años alberga la colección privada más grande de arte popular mexicano, con más de 3,000 piezas meticulosamente restauradas por John y Dorianne Venator. Cada rincón exhibe máscaras, textiles, cerámica y esculturas representativas de diversas regiones mexicanas.

MUREM y la diversidad étnica de México

El Museo de Ropa Étnica de México preserva la identidad cultural a través de más de 90 trajes tradicionales provenientes de 25 grupos étnicos y 16 estados. Además de su exhibición permanente, ofrece talleres y actividades educativas sobre técnicas artesanales.

Choco Story Valladolid y la historia del cacao

Este museo interactivo, inaugurado en diciembre de 2018, permite a los visitantes recorrer 12 salas que narran la historia del chocolate desde la época prehispánica hasta la actualidad. Las exposiciones incluyen utensilios para la cosecha del cacao, técnicas de transformación y el impacto cultural de este producto.

Conclusión

Finalmente, podemos afirmar que Valladolid es mucho más que un destino turístico en la península de Yucatán. Ciertamente, esta ciudad colonial representa un tesoro histórico donde las huellas mayas, la colonización española y las luchas por la libertad se entrelazan de manera fascinante. Durante siglos, el imponente Convento de San Bernardino ha sido testigo silencioso de transformaciones sociales, conflictos armados y descubrimientos arqueológicos que siguen sorprendiéndonos.

Al recorrer estos espacios museísticos, nos conectamos con una historia viva que trasciende el tiempo. Desde el Museo San Roque con sus valiosos documentos históricos hasta la Casa de los Venados con su impresionante colección de arte popular mexicano. Asimismo, el MUREM nos invita a apreciar la diversidad étnica del país a través de sus trajes tradicionales, mientras que el Choco Story nos transporta al fascinante mundo del cacao y su importancia cultural.

Además, el descubrimiento de armas, cerámica y otros artefactos en el cenote Sis-Há revela aspectos desconocidos sobre la vida cotidiana y los conflictos en esta región. Por tanto, el futuro museo subacuático Muúk Karant promete ser una experiencia sin precedentes que complementará la oferta cultural de la ciudad.

Sin duda, los museos de Valladolid son guardianes de memorias colectivas que merecen ser exploradas y valoradas. Cada pieza, cada documento y cada espacio cuenta una historia que va más allá de lo evidente, invitándonos a descubrir los secretos que pocos conocen sobre esta joya yucateca. La próxima vez que visites Valladolid, te animo a sumergirte en estos espacios culturales donde el pasado cobra vida y nos recuerda la importancia de preservar nuestro patrimonio histórico.